lunes, 12 de marzo de 2018

"TIEMPO"

Hoy con un nudo en garganta voy  a hablar del juez más exacto que pude conocer en mi vida, “EL TIEMPO”, el que tiene la hora para cada comienzo, para cada fin.
A veces por no hablar nos perdemos de miles de cosas, de miles de sensaciones, de miles de vivencias… Pero me considero un ser tan extremista que vivo y vivo hasta tocar la cima, hasta tocar fondo, pero nunca a medias.

EL TIEMPO, EL KARMA, EL HILO ROJO, no importa la teoría que fuere, todo llevan un sentido en común al fin.

Hoy voy a hablar de un amor que me toco hasta el hueso, que viví lo máximo, un amor real con miles de vueltas, como la vida… que no nos bastó con tener un cielo en común o mirar la misma luna todas las noches, aún estando a kms.
Teníamos que continuar con esa historia que siempre quedaba inconclusa, como ahora, pero que debe ser contada.
Después de 4 años y medio sin vernos, apareció cuando más lo necesitaba, en un momento que mi vida no tenía rumbo, tampoco color.
Supo mirar lo más profundo de mi alma, (lo que casi nadie ve) supo valorarme, cuidarme, y hasta supo volver a “ARMARME” porque estaba tan rota como un rompecabezas…
Dejamos de lado una y mil diferencias, las rebeldías, los complejos que la mayoría de los amores hoy los tienen, y vivimos el día a día…
Nunca nos extrañábamos porque bastaba levantar el teléfono y saber que estaba ahí para aparecer, sentarse a mi lado y escucharme hablar horas y horas mientras tomábamos mates, reírse de mis tonterías, y a la vez amarlas, tomar mil cervezas con un rock and roll sonando de fondo y después morir a besos en la cama, supo consentirme con mis comidas favoritas, sobornarme con mis gustos preferidos, supo contenerme y cuidarme aún cuando la situación se ponía tensa, también entenderme con solo una mirada, abrazarme y quedarse callado si sabía que no quería hablar cuando estaba triste, me veía tan altanera y tan dulce a la vez…
Él se levantaba, me daba un beso en la frente y al irse lo hacía despacito para no despertarme, pero  siempre estaba ahí, a mi lado, sentado, parado, caminando, mirándome o como la circunstancia lo presente, pero él estaba ahí…
Nunca me hizo llorar, nunca fue necesario, siempre supo cómo hacerme reír, reír a carcajadas hasta el punto de lograr que me olvide de todo, “la famosa amnesia de la risa” y fue ahí cuando sentí  que el amor no es la distancia, que el amor no tiene fronteras, que por una vez en mi vida terminaba el artificio y podía sentirme viva, podía palpar EL AMOR MUTUO, sin complejos, imperfecto pero REAL…
Que podía ser yo misma y consentirlo en el mismo grado, en la misma frecuencia que él lo hacía conmigo… Era la primera vez que no sentía que todo era material y todo iba más allá pero sobre todo me sentía segura, solo por causa y efecto de lo que él hacia día a día conmigo, dándome cuenta a la larga, que no fue ningún artificio… nuestro amor siempre va más allá, porque logramos conocernos lo suficiente como para saber que estábamos conectados, y se que estamos conectados en una frecuencia que solo las personas que lo viven pueden hablar de la experiencia.
Hoy la vida nos vuelve a separar, pero sé que todo cambia, que todo llega, pero sobre todo, TODO PASA… lo bueno dura poco, la vida te pone personas para salvarte, pero también hoy mi corazón se parte al estar lejos de él.
Lo que daría por volver a abrazarlo, por ese beso al regresar, por COINCIDIR una vez más en el mismo camino… este es de esos amores que no se olvida, que se recuerda día a día, y que valla donde valla siempre lo llevare conmigo, feliz, porque así lo recuerdo,  con un “hasta pronto”, porque para amores así solo existen pausas, nunca vas a saber cuándo es el fin…
Es terrible extrañar de esta manera, pero el cuerpo bien sabe flotar… voy a regalarle cada noche de desvelo y de alcohol, voy a llevarlo en mí porque sé muy bien que él me llevara valla donde valla.
Hoy entre la perseverancia y la cruel resignación, sé que no vamos a ser uno más en nuestras vidas… y concluyendo todo quiero decir que lo quiero con cada partícula de mi ser.


Hasta la próxima vez mi amor, mi viejo KARMA!!


ROCIO L.BASUALDO

miércoles, 7 de marzo de 2018

No es lo que sos...


No es lo que sos, es lo que transmitís


Dicen que a las palabras se las lleva el viento, que se esfuman entre el aire, que no se tocan ni se perciben… Pero para mí no es así, para mí las palabras tienen la fuerza que uno le da, y a veces pegan tan fuerte que quedan grabadas en la piel, en el alma, en los recuerdos…
A veces nos mueven, nos paralizan, nos emocionan, nos quitan hasta la respiración, o simplemente nos envuelve en un abrazo.
“Palabra” algo que no se toca, que no tiene aroma, pero que tienen mucho poder… y quieren que les cuente algo? a la hora de atacar o de amar son PELIGROSAS y LETALES!
Literalmente, son ellas las que nos usan a nosotros…
Palabras lindas, dulces, tristes, pobres, con sonidos diferentes, pero aún podemos darles color…
Quizás estamos hechos por átomos y moléculas, pero somos historias, somos palabras, y ellas vibran dentro nuestro cuando no las dejamos salir…
Por eso, no es lo que somos, si no somos lo que transmitimos con ellas… AHÍ ESTA NUESTRA MAGIA, la de poder convertir.




ROCIO L.BASUALDO


Buscandome, encontrandome

Estaba buscándome en todas partes, en libros, en fotos, en pensamientos, en una ventana abierta, en las montañas que rodean mi casa, mi paisaje mas cercano. 
Me buscaba para entender quien era, que quería, que aparentaba.
Me buscaba para saber mi camino, porque existe uno, mi vida o mi posible destino... era yo misma la que me buscaba para entenderme, conocerme, quererme.
Me buscaba donde había mucha gente, sola, ocupando un lugar, pero nunca siendo una mas. 
Me buscaba triunfando y aveces me encontraba cayendo pero volviéndome a parar...
Me buscaba con quien yo era feliz y con quien sufría, dudando de la vida, de la gente, de las descripciones de las cosas que nunca vi.
Me encontré en varios lugares, pero en otros me sigo buscando...
Me encontré llorando, contando posibilidades, me encontré con un cielo lleno de verdades llorando mentiras, pero también alegrías.
En arboles, me encontré volando...
Me encontré en mis amigos, cometiendo aveces los mismos errores pero también triunfando, era como un espejo.
Me busque en mi familia, y me encontré amando incondicionalmente.
En mis sentimientos, tenia muchos, me encontré perdida...
Fue necesario esta vez buscarme para encontrarme y saber quien y que soy, lo que valgo y adonde voy, lo que quiero y para que estoy.
También me encontré rota, en mil pedazos, pero supe repararme para volver a BRILLAR.
Me encontré ciega, desorientada, también firme en un camino incierto, caminando sin dirección hacia todas las direcciones...


Pero por fin, buscándome me ENCONTRÉ...





ROCIO L. BASUALDO

Se puede justificar el llanto?

  Yo ya me había dado cuenta, desde que me desperté el día estaba levantando sospechas de tormentas en mí. Capaz al mundo le gustaba contrib...